Alerta: Burbuja inmobiliaria

"La Isla del Tesoro" de Vladimir Kush (2005)

Entre los años 1998-2007 varios factores hicieron multiplicar el precio de las viviendas en España, como la pertenencia al euro y los tipos de interés bajos, que motivaron subidas de más del 200% en algunos casos. Con las subidas de precio, apareció la demanda especulativa, los que compraban viviendas no para vivir en ellas, sino para revenderlas dos años después por más dinero.

Los costes de construcción de la vivienda estaban muy por debajo del precio de venta, con lo cual los beneficios del constructor eran enormes. Se crearon nuevas empresas de construcción y se facilitó la entrada de 5 millones de inmigrantes que aportarían mano de obra.

Se llegaron a construir hasta 800.000 viviendas al año, más que las construidas en Reino Unido, Italia y Alemania juntas. Los bancos daban todos los créditos necesarios a cualquiera que lo pidiese, hasta el 100% del valor de la vivienda. Los tipos de interés bajos también animaban a la gente a endeudarse.

El Estado también se beneficiaba de la construcción, se pagaban muchos impuestos, licencia de obras, de ocupación, IVA, etc y por eso mientras más caros eran los pisos, más se recaudaba. Además los ingresos por las recalificaciones fomentó la corrupción sobre todo en zonas de la costa, como en Marbella.

En 2007 estalla la burbuja y empieza a caer la demanda de viviendas y los precios comienzan a bajar. El BCE subió los tipos de interés, perjudicando a los que obtuvieron un préstamo al límite de sus posibilidades y dieron comienzo los impagos, y subió la morosidad.

Los promotores no pudieron vender las viviendas y acabaron quebrando. Las quiebras provocaron el despido de los trabajadores de la construcción, generando paro y crisis económica. Los precios de la vivienda se vieron afectados muy a la baja porque no existían compradores y sobran viviendas.

En la cima de la burbuja, el peso del sector de la construcción llegó a ser más del 35% del PIB, para caer después fuertemente. La mayoría de la gente que se dedicaba a la construcción se sumaron al paro, teniéndose  que dedicar a otra cosa. En España apenas tenemos industria, alternativa al turismo y la construcción.

El boom inmobiliario saneó las cuentas del Estado, pero el paro y el cierre de las empresas le restó ingresos, incrementándose fuertemente la deuda externa del Estado. También se produjo la quiebra de bancos y cajas, y el Gobierno decidió rescatar a los bancos. Así es como todos nos hemos obligados a pagar con nuestros impuestos la deuda contraída.

Gran parte de una generación entera se ha visto endeudada de por vida. Las ganancias que desató  la burbuja sólo recayó sobre sobre unos pocos que se han hecho multimillonarios. Hubo años en los que los trabajadores de la construcción se acostumbraron a ganar sueldos muy altos, estudiar era cosa de tontos y lo mejor era dedicarse a la construcción. Ahora tenemos una generación entera muy poco preparada para ocupar puestos de trabajo en otros sectores.

Actualmente el precio de la vivienda ha seguido cayendo, ya que para que suban los precios hacen falta compradores, y para comprar, dinero, y en España no queda de eso.